En su
edición número 85, este año los Academy
Awards cambiaron su nombre a simplemente The Oscars. Entre A-listers
y otr@s no tan conocid@s pero que igual tuvieron el placer de asistir a la
ceremonia, el Red Carpet estuvo llena
de muchos aciertos pero también de una que otra tragedia fashionistica.
Para
empezar hablemos de dos ejemplos de madurar con gracia y que tener mas de
medio siglo no implica pantuflas y batas floreadas oversize. Sally Field divina de rojo en Valentino, un vestido que
transformaron para ella, las partes transparentes –que es
prácticamente todo el vestido- fueron recubiertas con tela color piel, sin
embargo eso no le quito el encanto al vestido y me pareció que era muy
apropiado para su edad. La otra diosa y ejemplo a seguir es la Sra. Jane Fonda
en un vibrante vestido amarillo de Atelier Versace, esta mujer se veía
estupenda y muchísimo mas fresca y elegante que mujeres con la mitad o hasta un
cuarto de su edad.
Pasando
a otras galardonadas o invitadas que a mi parecer quedaron en un área gris
porque sus vestidos por una razón u otra no me terminaron de convencer, tenemos
a Halle Berry en un vestido con apliques metalizados de Donatella Versace, con
un silueta interesante pero a la vez muy estructurado. Catherine Zeta Jones (o The Human Oscar como algunos la
apodaron) en Zuhair Murad quien quiso destacarse con todas las de la ley y de
verdad creo que lo hizo, esas lentejuelas doradas se podían ver a unas cuantas
millas de distancia, un vestido llamativo pero quizás le hubiese quedado mejor
a alguien mas joven y con menos curvas. Kristen Stewart en Reem Acra, esta niña puede tener los “trapos” más couture y espectaculares del planeta
pero siempre parece una frígida mal bañada y su simple presencia le resta
belleza a lo que sea que tenga puesto. Amy Adams en Oscar de la Renta, un
vestido hermoso azul pálido que parecía sacado de un cuento de hadas, quizás literalmente demasiado y Zoë Saldana en Alexis Mabille, el
detalle del busto es excepcional, yo la hubiese incluido en la lista de las
mejores vestidas si el vestido no tuviese esa horrible cenefa en ombre.
Hablando
de cosas horribles pasemos a las desafortunadas que conforman la lista de las
que no debieron salir de su casa con lo que tenían puesto. Empezando por la
recurrente o mejor dicho la opción fija en esta lista, Helena Bonham Carter, no
es secreto para nadie que la Sra. Burton no es aficionada a la moda y que para
las alfombras rojas su elección infalible siempre es Vivienne Westwood que era
cool en los 70’s cuando era pana de los Sex Pistols pero que desde hace un par
de años todo lo que saca a pasarela son puras locuritas. Nicole Kidman en
L'Wren Scott, un vestido que parecía sacado del closet de alguna doña adeca de
los 80’s, demasiadas lentejuelas juntas, terrible. Amanda Seyfried en Alexander
McQueen, un claro ejemplo de porque Sara Burton fue la peor opción para dejar a
cargo de la marca, el vestido a pesar de ser “hecho a la medida” le quedaba
abolsado en el busto y la envejecía. Otra desafortunada victima de McQueen fue
Salma Hayek que parecía la nueva rica madrastra malvada de alguna novela de Tv
Azteca, para empezar cuando eres curvilínea el terciopelo puede ser tu peor enemigo
porque crea visualmente mucho volumen y puedes terminar pareciendo un sillón
barroco, sumado a eso esta la pieza de joyería que trae adherida el vestido que
lo hace ver súper recargado y como si eso no fuese suficiente se hizo un mega moño
como de novia. Melissa McCarthy en David Meister, parecía como si le hubiesen lanzado metros de tela encima y
luego se lo hubiesen “engrapado” en lugar estratégicos para darle algo de
forma, pero cuando pesas como 5 toneladas creo que es difícil encontrar un
vestido bonito y favorecedor, como si no fuese suficiente todo lo anterior se
peinó a lo Fran Drescher en The Nanny, terrible. Jennifer Lawrence en Dior parecía una
“muñequita de torta”, literalmente, parece que la bajaron de un pastel de bodas
o mejor dicho que el pastel lo cargaba con ella de la cintura para abajo, un
vestido muy abultado y exagerado para una chica tan joven, creo que le quedo
muy claro el volumen del mismo cuando se resbalo en las escaleras antes de
recibir su estatuilla.
Pasando
a mejores elecciones en mi opinión quien “la botó de homerun”, fue Anne Hathaway que aunque no es santo de mi devoción
lució impecable en un vestido rosa de Prada hecho a su medida. Las pinzas en el
busto eran supremas, la hacían ver muy agraciada y el detalle de la espalda descubierta y los diamantes la hicieron lucir como toda una ganadora. Me
recordó un poco al Ralph Lauren que usó Gwyneth Paltrow en 1999 cuando se ganó el Oscar.
Siguiendo
con las que acertaron con sus elecciones tenemos a Jessica Chastain en Armani
Privé, un vestido que le confería una silueta perfecta y que la hacia ver como
la versión sexy pero con clase de Jessica Rabbit. La delgadísima Jennifer
Hudson en Roberto Cavalli parecía una sirena y me recordó a Naomi Campbells a
principios del 2000. La siempre fabulosa Sandra Bullock en Elie Saab, un vestido
negro de encaje con pequeños detalles brillantes, que personifica la elección
perfecta para una gala de la índole de los Oscars. Naomi Watts en Armani Privé,
parecía un trofeo y aunque admito que el detalle del hombro asimétrico no me
encanto igual creo que el look en total era fantástico. Con su piel bronceada y
su cabello corto a lo Sharon Stone en los 90’s, Charlize Theron en Dior, un
vestido sencillo, con escote en V, un péplum con algunos detalles brillantes y
una cola de sirena larga mas no extravagante, este vestido le sentaba como un
guante. Octavia Spencer en Tadashi Shoji es el digno ejemplo que tener unos
kilitos de más no significa envolverte en una bolsa negra o una cortina y salir
de casa, mi accesorio favorito de su look es la cartera de nácar. Kerry
Washington en Miu Miu, el detalle de los brillantes es el busto es llamativo
mas no enceguecedor, y el color coral en su piel oscura la hacia ver súper
radiante.
Los
chicos no se quedaron atrás y también se vistieron para la ocasión llevando sus
mejores. Los amigos George Clooney y Ben Affleck -ambos barbudos- apostaron por
el clásico traje de etiqueta negro mientras que Daniel Day-Lewis y Christoph
Waltz apostaron por trajes azul marino, ambos varonilmente impecables. A diferencia
de Tarantino que fue bastante desaliñado con la corbata floja y una especie de pantuflas/mocasines de terciopelo.
Para
terminar quisiera mencionar la comparación entre el Louis Vuitton de Reese
Witherspoon y el H&M de Helen Hunt, con la misma silueta y en la misma
paleta de color, la única diferencia es que el de Helen tenia unos
4 o 5 signos de $ menos que el de Reese. El vestido de Helen es bastante
sencillo y le falto un poco de planchado pero ella supo colocarle accesorios (mas
de 700mil dólares en diamantes de Marina Katz) para avivarlo, sin embargo el
de Reese siendo de una marca muy cara y reconocida luce prácticamente igual,
demostrando que las cosas low cost
pueden hacerse ver glamorosas y que el hecho de tener algo de marca no te
asegura automáticamente que te veras divina.